Para la Concertación de Mujeres de Suchitoto, la autosuficiencia económica es el camino a la dignidad y la libertad - Mary's Pence

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Para la Concertación de Mujeres de Suchitoto, la autosuficiencia económica es el camino a la dignidad y la libertad

Photograph of carmen between her two adult daughters.

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La salud reproductiva y sexual, la solidaridad económica entre mujeres, la fuerza de las instituciones y el desarrollo organizacional, así como el derecho a una vida libre de violencia, han sido los objetivos de la Concertación de Mujeres de Suchitoto (Concerta), desde que fue fundada en 1991, con el apoyo de la hermana Peggy O’Neill, SC, y la hermana Pat Farrell, OSF. En 2008, la Concerta se convirtió en la primer socia con el fondo comunitario ESPERA. Pero esta no ha sido la única modalidad de financiamiento económico en la que han participado las más de doscientas mujeres provenientes de comunidades aledañas a Suchitoto. Recientemente, la Concerta contrató una persona externa para que analizara el progreso de cada modalidad de crédito – grupos de ahorro, bancos comunales, la cooperativa, y grupos del programa ESPERA.

Qué entendemos por autonomía económica

El propósito del análisis fue entender el impacto que tuvo cada modalidad de crédito en la autonomía económica de las mujeres. Más allá de ser capaces de solventar los costos de las necesidades básicas – alimento, techo, ropa, salud y educación – autonomía económica también significa la capacidad e independencia de tomar decisiones y contar con tiempo libre y de esparcimiento, de hacer lo que a una le gusta. Las mujeres de la Concerta definen la autonomía económica como “poder hacer lo que quiera”, “poder usar el dinero en lo que quiera”, “tener libertad” y ”ser la dueña del dinero”. La autonomía económica empodera a las mujeres en todas las áreas de su vida, y les permite vivir con libertad.

El patriarcado bloquea la autonomía económica de la mujer

Las mujeres de Concerta identificaron el ser mujer y vivir en un área rural como los principales obstáculos para adquirir autonomía económica. La cultura del machismo en El Salvador, además de la falta de recursos y la inseguridad económica en regiones rurales, son las barreras que ESPERA intenta vencer.

El análisis detectó dichas barreras adicionales para las mujeres que pretenden alcanzar autonomía económica.

  • Falta de escolaridad y analfabetismo: la secundaria es un tope infranqueable para la mayoría de las mujeres.
  • Responsabilidades domésticas gravosas: muchas de las participantes son madres entre la adolescencia y comienzo de los veinte. Ya identifican la maternidad temprana como un obstáculo a su crecimiento personal, dado que las labores de la reproducción y la crianza se consideran responsabilidad fundamental de la mujer. Esto hace difícil agregar, además, responsabilidades de tipo económico.
  • Temor al fracaso: la mayoría de las mujeres carecen de confianza en sus propias habilidades, en parte porque no han tenido oportunidad de probarse y en parte porque carecen de modelos a seguir.

El éxito de ESPERA

De acuerdo al análisis, ESPERA “es la modalidad de crédito que contribuye más claramente a la autonomía económica de la mujer, pues generan mayores ingresos con las iniciativas económicas. El funcionamiento y amplia experiencia de los grupos de ESPERA, patrocinados por Mary’s Pence – y acompañados de cerca por la Concertación de Mujeres de Suchitoto – han apoyado el desarrollo económico de muchas mujeres que son participantes en los grupos.”

Pero aún hay trabajo que hacer. El análisis afirma que las iniciativas económicas son muy exitosas y prósperas, y las mujeres tienen una clara visión al respecto, pero también hay muchas mujeres cuyo trabajo proporciona un ingreso complementario, que no alcanza a cubrir el costo de la vida diaria. Algunas señoras tienen que trabajar en la mejor identificación de necesidades comunitarias para incrementar la demanda de su producto o servicios; otras luchan por fortalecer su mercado.

Son retos que las mujeres, participantes en ESPERA, enfrentan, pero confiamos en nuestra habilidad y en la de la Concerta para ayudarlas a superar tales barreras. De hecho, son los temas que el personal de ESPERA en conjunto con la coordinadora del programa abordan en el trabajo una a una, así como en las asambleas de grupo. Si hay señoras exitosas, otras de la comunidad podrán aprender de ellas. Juntas están trabajando para tener más éxito en sus negocios.

ESPERA ve más allá del dinero; nuestro trabajo en conjunto con la Concerta consiste en propiciar que las mujeres tengan claridad de las consecuencias más nefastas del machismo. Además de fortalecer a la Concerta como organización y apoyando a las mujeres para que asuman liderazgo. Mary’s Pence y la Concerta apoyan a las mujeres que pugnan por tener mayor voz en sus hogares y en la organizacion que lucha por los derechos de la mujer en su comunidades.

El sueño de Carmen

Como muchas mujeres de ESPERA, Carmen afirma que siente que ya ha vivido muchas vidas. Desde muy joven tuvo que hacerse cargo del hogar. De adulta, crió a cuatro niños mientras sufría abuso doméstico. A sus 42, ha sido viuda hace doce años. Carmen trabaja de lunes a viernes en una casa en San Salvador, a dos horas de Suchitoto. Pero sueña con dejar dicho trabajo para dedicarse de lleno a su negocio de fin de semana, vendiendo comida típica salvadoreña, como las pupusas, tortillas de maíz con queso, carne y verduras.

El primer préstamo de ESPERA para Carmen fue de $400, que empleó en materia prima para preparar comida. Con su segundo préstamo de $400 pudo comprar una parrilla y también materia prima. Carmen se ha vuelto la principal proveedora de un centro de retiro cercano. Tiene capacidad para surtir pedidos con ayuda de sus dos hijas, su hermana y, en ocasiones, su madre. Hace poco, obtuvo su tercer préstamo, de ESPERA, de $700. Con este dinero, diversificó su producción y su comida.

Además, ha apoyado en el cultivo de maíz de sus hijos, lo que además le brinda materia prima.
A medida que progresa su negocio, sus sueños crecen. No sólo pretende dedicarse exclusivamente a la venta de comida, ahora desea ganar lo suficiente para contar con un tiempo de descanso. En suma, espera alcanzar autonomía económica para vivir una vida digna. Pero sobre todo, anhela una mejor vida para sus hijas.

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